Trabajo de Parto

¿Qué es el parto?

El parto se define como la expulsión de un (o más) fetos maduros y la(s) placenta desde el interior de la cavidad uterina al exterior. Se considera un parto a término, es decir a tiempo normal, el que ocurre entre las 37 y 42 semanas desde la fecha de última regla.






Ventajas del parto natural


-Pronta recuperación, dado que el grado de invasión es mínimo comparado con la cesárea.
-El contacto de la madre con el bebé es inmediato, lo que fortalece el vínculo afectivo entre los dos.
-El riesgo de padecer endometritis (infección en el útero) es menor en comparación con la cesárea.
-El riesgo de padecer una hemorragia o bloqueos intestinales es menor; así como la pérdida de sangre.
-Favorece la liberación de oxitocina, lo que estimula la producción de leche materna.
-No existe un número límite de partos naturales.
-El bebé recibe una mejor oxigenación cerebral y general.




Parto natural

El parto natural utiliza técnicas de relajación y respiración para controlar el dolor durante el parto.

Con el fin de prepararse para un parto natural, la embarazada y su pareja asisten a clases explicativas, por lo general de 6 a 8 sesiones durante varias semanas, para aprender a usar las técnicas de relajación y de respiración. También aprenden lo que sucede en las diversas etapas del parto.

La técnica de relajación consiste en poner bajo tensión en forma consciente una parte del cuerpo y luego relajarla. Esta técnica ayuda a la mujer a relajar el resto de su cuerpo mientras el útero se contrae durante el parto y a relajar todo el cuerpo entre contracciones.

La técnica de respiración consiste en practicar varias clases de respiración que se utilizan en diferentes momentos durante el parto. Los siguientes tipos de respiración pueden ser de gran ayuda durante la primera etapa del parto, antes de que la mujer comience a empujar:

La respiración profunda con espiración lenta ayuda a la mujer a relajarse al comienzo y al final de una contracción

La respiración rápida y superficial (jadeo) en la parte superior del pecho durante el máximo nivel de una contracción

Una serie de jadeos y soplidos para ayudar a la mujer a abstenerse de pujar cuando siente necesidad de hacerlo antes de dilatar completamente y retraer (borrar) el cuello uterino

Tanto la mujer como su compañero deben practicar las técnicas de relajación y respiración regularmente durante el embarazo. Durante el parto, la pareja de la futura madre puede, además de brindarle apoyo emocional, ayudarle a recordar lo que debe hacer en cada etapa en particular y percibir los momentos en que ella se tensa. La pareja también puede aplicar algún masaje a la futura madre para mejorar su relajación.

Probablemente el método de parto natural más conocido es el de Lamaze. Otro método, el de Leboyer, consiste en realizar el parto en una habitación con poca luz y sumergir al bebé en agua tibia justo después del parto.


El parto se compone de tres etapas principales:


Primera etapa: periodo de dilatación (o trabajo de parto). Cuenta con dos fases, inicial y activa. Las contracciones provocan la dilatación gradual del cuello uterino, que se va haciendo más delgado hasta llegar a desaparecer (borramiento) y casi a confundirse con el resto del útero. Estos cambios permiten que el feto pase a la vagina.


Segunda etapa: periodo de expulsión. Se trata del nacimiento del bebé.


Tercera etapa: periodo de alumbramiento. Se trata de la expulsión de la placenta.

El parto suele comenzar aproximadamente en torno a 2 semanas antes o después de la fecha estimada del parto. No se sabe exactamente qué hace que se inicie el parto. Hacia el final del embarazo (después de 36 semanas), el médico examina el cuello uterino para intentar predecir cuándo comenzará el parto.

Un parto dura de 12 a 18 horas de media en la mujer primípara (que da a luz por primera vez) y tiende a acortarse hasta de 6 a 8 horas de media en los embarazos siguientes. El hecho de permanecer de pie y caminar durante la primera etapa del parto puede acortarlo en más de 1 hora.



Etapas del parto

Fase inicial (latente)

· Las contracciones son irregulares al principio, pero se vuelven cada vez más 

fuertes y rítmicas.

· Las molestias son mínimas.

· El cuello uterino (cérvix) empieza a hacerse más delgado y se dilata 

aproximadamente 4 centímetros.

· La fase inicial tiene una duración media de 8 horas (por regla general no más de

20 horas) en un primer embarazo y de 5 horas (por regla general no más de 12 

horas) en los embarazos posteriores.





Fase activa

El cuello del útero se dilata por completo, pasando de los 4 a los 10 cm. Se hace más delgado y se va retirando (borrando) hasta que se une con el resto del útero.

La parte que presenta el bebé, por lo general la cabeza, comienza a descender por la pelvis de la mujer.

La mujer comienza a sentir la necesidad de pujar mientras el bebé desciende, pero se debe resistir. Empujar demasiado pronto puede desgarrar el cuello uterino y desperdiciar energía.

Esta fase dura de 5 a 7 horas de media en un primer embarazo y de 2 a 4 horas en los embarazos posteriores.







SEGUNDA ETAPA

Desde la dilatación completa del cuello uterino hasta el nacimiento del 

bebé: esta etapa suele durar aproximadamente 2 horas en un primer embarazo 

y aproximadamente 1 hora en embarazos posteriores. 

Puede durar una hora o más si la mujer ha recibido una inyección epidural o un 

medicamento para aliviar el dolor. Durante esta etapa, la mujer empuja.







TERCERA ETAPA

Desde el nacimiento del bebé hasta la expulsión de la placenta: esta etapa 

suele durar unos minutos aunque puede llegar a durar hasta 30 minutos.





Comienzo del parto

Todas las mujeres embarazadas deben saber cuáles son los principales signos del comienzo del parto:

Contracciones a intervalos regulares en la parte inferior del abdomen

Dolor de espalda

Toda mujer que ya ha tenido partos rápidos en embarazos anteriores debe ponerse en contacto con su médico apenas piense que está comenzando el parto. Las contracciones en la parte inferior del abdomen al principio pueden ser débiles, irregulares y muy espaciadas. Pueden sentirse como dolores menstruales. A medida que pasa el tiempo, las contracciones abdominales se van haciendo más largas, más intensas y más próximas entre sí. Las contracciones y el dolor de espalda pueden ser precedidos o acompañados de otros hechos como los siguientes:

Expulsión del tapón mucoso: una pequeña secreción de sangre mezclada con mucosidad de la vagina generalmente es un indicio de que el parto está a punto de iniciarse. Desde la expulsión del tapón mucoso hasta el comienzo de las contracciones pueden pasar hasta 72 horas.

Rotura del saco amniótico: al inicio del parto normalmente se rompe el saco amniótico (membranas llenas del líquido que contiene el feto) y el líquido amniótico sale al exterior a través de la vagina. A este episodio se le suele llamar «rotura de aguas». Algunas veces la rotura de membranas se produce antes de comenzar el trabajo de parto. La rotura de las membranas antes del comienzo del parto se llama rotura prematura de membranas. Algunas mujeres sienten la salida de un chorro de líquido de la vagina, seguida de fugas menores pero constantes.

Si las membranas se rompen antes del trabajo de parto, la gestante debe ponerse en contacto con su médico o matrona de inmediato. Alrededor del 80% al 90% de las mujeres cuyas membranas se rompen en o cerca de su fecha de parto, inician el parto espontáneamente en un plazo de 24 horas. Si el parto no ha comenzado después de varias horas y el feto está preparado para nacer, las mujeres suelen ser ingresadas en el hospital, donde se les inicia el parto artificialmente (inducción) para reducir el riesgo de infección. Este riesgo se origina porque después de la ruptura de las membranas, las bacterias de la vagina pueden entrar en el útero con mayor facilidad y causar una infección en la mujer, el feto o en ambos.

Para inducir el parto se usa oxitocina (que provoca las contracciones uterinas) o un medicamento similar, como la prostaglandina. Sin embargo, si el saco amniótico se rompe más de 6 semanas antes de lo debido (de manera prematura o antes de la semana 34), los médicos no inducen el parto hasta que el feto no sea más maduro.
Ingreso en un hospital o un centro de maternidad privado

Una mujer debe ir a un hospital o centro de maternidad cuando ocurre una de las siguientes situaciones:

Se produce la rotura de membranas.

Si aparecen contracciones fuertes cada 6 minutos o menos y duran 30 segundos o más.

Si se sospecha la rotura del saco o el cuello uterino se ha dilatado más de 4 cm, la mujer es ingresada. Si el médico o la matrona no está seguro de si el parto ha comenzado, se suele dejar en observación a la mujer y se supervisa el feto durante una hora aproximadamente. Si para entonces no se confirma el parto, se envía a la mujer a casa.

Cuando la mujer es ingresada se anota la intensidad, la duración y la frecuencia de las contracciones. También se determina el peso de la mujer, la tensión arterial, la temperatura y las frecuencias cardíaca y respiratoria, y se toman muestras de orina y sangre para analizarlas. El examen del abdomen incluye la estimación del tamaño fetal, su posición (si está mirando hacia adelante o hacia atrás) y su presentación (es decir, si la cabeza, la cara, las nalgas o los hombros se encuentran más próximos al canal del parto).

La posición y presentación del feto determinarán cómo va a pasar a través de la vagina. La combinación más segura y frecuente consiste en lo siguiente:

La cabeza primero

Orientada hacia atrás (con la cara hacia abajo cuando la mujer se tumba boca arriba)

La cara y el cuerpo vueltos hacia la derecha o la izquierda

El cuello doblado hacia adelante

El mentón metido hacia abajo

Los brazos cruzados sobre el pecho

La presentación de vértice o cefálica es la que la cabeza va por delante. Durante la última o las dos últimas semanas antes del parto, la mayoría de los fetos se dan la vuelta de forma que la cabeza se presenta primero. Una presentación o posición anormal, como cuando las nalgas salen primero, cuando el hombro va primero o cuando el feto está orientado hacia delante, dificulta considerablemente el parto tanto para la madre como para el feto y el médico. En ese caso se recomienda el parto por cesárea.

El examen vaginal se realiza para determinar si se ha roto el saco amniótico y si el cuello uterino está muy dilatado (se anotan los centímetros) o borrado, pero esta revisión puede omitirse si la mujer tiene hemorragias o si ha roto aguas de forma espontánea. También se toma nota del color del líquido amniótico. El líquido debe ser claro y sin un olor significativo. Si la mujer ha roto aguas y el líquido amniótico es verde, la anomalía de coloración es el resultado de la primera deposición del feto (meconio fetal).

Generalmente se inserta una vía intravenosa en el brazo de la mujer durante el parto en un hospital. Esta vía se utiliza para administrar líquidos para evitar una deshidratación y, en caso de ser necesario, para administrarle fármacos.

Cuando se administran líquidos por vía intravenosa, la mujer no tiene que comer ni beber durante el parto, aunque puede elegir ingerir algunos líquidos y alimentos suaves durante este periodo. El estómago vacío durante el parto hace que la mujer tenga menos probabilidades de vomitar. En muy raras ocasiones se aspira el vómito, por lo general después de la anestesia general. La aspiración del vómito puede provocar la inflamación de los pulmones, que es potencialmente mortal. Se suelen administrar antiácidos a las mujeres que tienen un parto por cesárea para reducir el riesgo de daños a los pulmones si se inhala el vómito.



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