lunes, 24 de enero de 2022

Jornada de Vacunación, Proyecto Comunitario.

 Te Invitamos a Vacunarte 1ra, 2da y 3ra. Dosis de Verocell contra el COVID-19

En las Aulas Territoriales de Valle de la Pascua, UNEFA

A partir de la 8 am. 

Día miércoles 26/01/2022.

Para primeras dosis lleva tú cédula de identidad.

Segunda y tercera dosis debe llevar su carnet de vacunación.

¡SOLO ESTUDIANTES DE CINU Y REGULARES!

INVITACIÓN POR EL SERVICIO COMUNITARIO.


Vacuna contra la COVID-19 (Vero Cell), Inactivada (Sinopharm) Fabricante: Beijing Institute of Biological Products Co., Ltd

La vacuna contra el SARS-CoV-2 (VeroCell) es una vacuna inactivada contra la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) que estimula el sistema inmunológico del cuerpo sin riesgo de causar la enfermedad. Una vez que los virus inactivados se presentan ante el sistema inmunológico del cuerpo, estimulan la producción de anticuerpos y preparan al cuerpo para responder ante una infección por SARS-CoV-2 vivo. Esta vacuna tiene un adyuvante (con hidróxido de aluminio) para estimular la respuesta del sistema inmunológico. Un gran ensayo de fase 3 en varios países ha demostrado que dos dosis administradas en un intervalo de 21 días tuvieron una eficacia del 79 % contra la infección sintomática del SARS-CoV-2 a los 14 o más días después de la segunda dosis. El ensayo no fue diseñado ni desarrollado para demostrar eficacia contra enfermedades graves. La eficacia de la vacuna frente a la hospitalización fue del 79 %. La duración media del seguimiento disponible al momento de la revisión fue de 112 días. Se están realizando dos ensayos de eficacia. Los datos analizados hasta la fecha apoyan la conclusión de que los beneficios conocidos y potenciales de la vacuna Sinopharm superan los riesgos conocidos y potenciales.




Si no nos vacunamos, corremos el riesgo de contraer enfermedades graves como el sarampión, la meningitis, la neumonía, el tétanos y la poliomielitis, muchas de las cuales pueden ser discapacitantes y mortales. Según los cálculos de la OMS, las vacunas infantiles salvan la vida de 4 millones de niños cada año.

Aunque algunas enfermedades son actualmente poco frecuentes, los patógenos que las causan continúan circulando en todo el mundo o en partes de él. Hoy en día, las enfermedades infecciosas atraviesan fronteras con facilidad e infectan a las personas que no están protegidas.

Las dos principales razones para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a las personas que nos rodean. Puesto que no se puede vacunar a todas las personas —por ejemplo, no es recomendable para los recién nacidos, las personas gravemente enfermas y las que pueden presentar determinadas alergias—, al protegernos nosotros evitamos contagiarles enfermedades que se pueden prevenir mediante vacunación.


La vacunación es inocua y, aunque pueda producir efectos secundarios, como dolor en el brazo o fiebre baja, suelen ser muy leves y temporales. Si bien no puede descartarse que ocasionen efectos secundarios graves, estos son sumamente raros.

Todas las vacunas autorizadas son sometidas a pruebas rigurosas a lo largo de las distintas fases de los ensayos clínicos, y siguen siendo evaluadas con regularidad tras su comercialización. Además, los científicos hacen un seguimiento constante de la información procedente de diversas fuentes en busca de indicios de que causen efectos adversos.

Es mucho más probable padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna. Por ejemplo, el tétanos puede ocasionar dolores muy intensos, espasmos musculares (por ejemplo, de músculos que se utilizan para masticar) y coágulos sanguíneos, mientras que sarampión puede inflamar el encéfalo (encefalitis) y causar ceguera. Muchas enfermedades prevenibles mediante vacunación nos pueden matar. Los beneficios de la vacunación superan con creces los riesgos a los que exponen, y sin vacunas habría muchos más casos de enfermedades y de defunciones.


https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/vaccines-and-immunization-what-is-vaccination?adgroupsurvey={adgroupsurvey}&gclid=Cj0KCQiAubmPBhCyARIsAJWNpiO0kZ2FbGiGZKyKZmQP_XxEIxpceL96WYtYL5Htzeu4iTvunH1eDVwaAtdPEALw_wcB

viernes, 17 de abril de 2020

Salud

¿Cuál es la definición de SALUD según la OMS?

"La salud es un estado de perfecto (completo) bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad". 
La SALUD, según la definición que la OMS hace del término, es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
La cita bibliográfica correcta para la definición es: Preámbulo de la Constitución de la Asamblea Mundial de la Salud, adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, Nueva York, 19-22 de junio de 1946; firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Actas oficiales de la Organización Mundial de la Salud, No. 2, p. 100) y que entró en vigor el 7 de abril de 1948. La definición no ha sido enmendada desde 1948. 
En una entrevista con el Dr. Szeming Sze, titulada "Los modestos comienzos de la OMS", publicada en Foro Mundial de la Salud Vol. 9, No 1 (1988) pp. 30-35, se presenta la historia de esa definición.

Enfermería

La enfermería abarca la atención autónoma y en colaboración dispensada a personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o no, y en todas circunstancias. Comprende la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la atención dispensada a enfermos, discapacitados y personas en situación terminal.

Florence Nightingale, la enfermera revolucionaria

Florence Nightingale es un caso peculiar: es una de las pocas mujeres que ya fue reconocida en su época y por su obra, como impulsora de la enfermería moderna. Por eso, es un símbolo feminista. En mayo se cumplirán los 200 años de su nacimiento.
Le pusieron el nombre de la ciudad donde nació, Florencia, pero era hija de una familia inglesa acaudalada y liberal para lo que era la época. Su abuelo materno, William Smith, fue un parlamentario cristiano disidente, abolicionista de la esclavitud y simpatizante de la revolución francesa y parece que su nieta heredó su espíritu revolucionario y su reformismo social.

Quería trabajar, algo inaudito entre las damas de su época

En ese tiempo, las mujeres, o eran criadas o señoras o cogían los hábitos y Florence Nightingale no encajaba bien en ninguno de esos papeles, como señala Anna Ramió, especialista en historia de la enfermería, profesora en el campus de Sant Joan de Déu y vocal del Col.legi d’Infermeres de Barcelona (COIB). Nightingale fue educada más que muchas damas de su época y, a diferencia de la mayoría de ellas, se negó a casarse y dedicarse a una familia.Solo con 17 años dijo haber vivido “una llamada de Dios para hacer el bien”, pero no ingresó en un convento. Quería trabajar de enfermera o educadora de pobres o delincuentes. Ella misma reconoció que entonces solo se trabajaba si eras una mujer pobre o viuda sin recursos.Uno de los pocos retratos de Florence Nightingale
Al regreso de un viaje por Grecia y Egipto visitó (según algunas fuentes, enfermó y fue atendida allí) el hospital luterano de Kaiserswerth, en Alemania, y conoció el trabajo de sus diaconisas (cuidadoras). Decidió volver allí para aprender, pese a la oposición familiar.
Poco después, asumió un cargo en un centro asistencial de mujeres en Londres y empezó a analizar la asistencia que prestaban hospitales de esa ciudad y de París. En 1854, gracias a su amistad con Sidney Herbert, secretario de Estado de Guerra, logró que la mandara al frente de un grupo de 38 enfermeras a la guerra de Crimea (1853-1856), que libraban el Imperio ruso contra una alianza del Imperio otomano, Francia y Reino Unido.
La prensa la idealizó como “la dama de la lámpara”
La prensa,como The Times, reseñaba las penosas condiciones de los soldados y en un artículo creó su leyenda como “la dama de la lámpara”, que durante la noche iba por el hospital británico en Scutari (hoy, una zona de Estambul) cuidando de los heridos y enfermos. Se elogió su figura de “ángel cuidador”, pero su verdadero papel fue organizador.
Siguiendo las corrientes higienistas de un incipiente concepto de salud pública que luego arraigaría en Gran Bretaña, cambió los hospitales militares: acabó con las camas compartidas por soldados vestidos con sus sucias ropas, consiguió ropa de cama, habilitó una lavandería, hizo alejar el vertedero y logró ventilar las salas y mejorar la alimentación de los enfermos. Había pocos medicamentos y morían más soldados de infecciones y epidemias que por heridas de guerra. Nightingale mantenía que mejorar las condiciones ayudaba al organismo a curarse, ideas que formulaba desde un poso más religioso que científico, pero eran acertadas.
Sus estudios mostraron que aumentaba la supervivencia. Por que, además, introdujo en los hospitales la epidemiología y la estadística (hacía gráficas, formularios sobre las causas de enfermedad y de muerte...), otro campo en el que fue pionera. Fue la primera mujer admitida en la Royal Statistical Society británica, aunque no consiguió que se abriera una cátedra de estadística en la Universidad de Oxford.
Peleó con militares, funcionarios gubernamentales y médicos. Ella criticaba su ineficacia y mala preparación y ellos tampoco tenían buena opinión de esa mujer que se metía en sus asuntos. Pero estando en Crimea ya se hizo muy conocida, se la homenajeó y se creó el Fondo Nightingale para formar a enfermeras, lo que le permitió seguir haciendo estudios, informes, teorizando sobre cómo mejorar los hospitales, la asistencia en India, la enfermería... Por ejemplo, influyó para que en 1860 se creara la primera escuela de Medicina Militar del Reino Unido.
En 1860 abrió una escuela de entrenamiento de enfermeras en el hospital Saint Thomas (hoy es la Escuela Florence Nightingale de Enfermería y Ccomadronas). Su escrito Notas sobre enfermería, qué es y qué no es (1859) se considera el primer plan de estudios de enfermería. A ella se debe también el código ético de la profesión y la mejora de la enfermería que atendía a domicilio, que se considera el primer paso del futuro Instituto Nacional de Salud británico. Su formación se exportó a otros países, desde India hasta Australia y Estados Unidos.
En 1860 creo la primera escuela de enfermeras
Pese a que poco después del regreso de Crimea empezó a sufrir problemas de salud (hoy se cree que pudo padecer un trastorno neurológico), se mantuvo activa incluso durante unos años que estuvo en cama. Murió a los 90 años (1910). Al parecer, su familia rechazó que se la enterrara en Westminster, donde reposaría junto a personalidades como Newton, Dickens, David Livingstone, Rudyard Kipling...
Su figura ha sido a veces de heroína romántica y se le dedicaron hasta poesías y pinturas (y estatuas y se le hizo biografías aún en vida). En el otro extremo, hay quien la ha tildado de beata, de ignorante (por negar los “gérmenes contagiosos”), se le ha criticado que no creyera en las aptitudes de las mujeres, en su profesionalidad (era contraria a una titulación y registro de enfermeras) o que pudieran votar.